El sombrero. Saludar con el sombrero. Normas de uso
Al saludar a alguien hay que tomar el sombrero con la mano derecha, quitarle enteramente de encima de la cabeza y, de modo que sea cortés, extender el brazo hasta abajo
Etiqueta y normas de uso del sombrero
El sombrero sirve al hombre para adornar su cabeza y también para protegerlo contra varias incomodidades; calarlo hasta las orejas, hundirlo sobre la parte anterior de la cabeza, como queriendo esconder la cara, llevarlo atrás de modo que caiga sobre las espaldas, todas esas maneras son ridículas e inconvenientes; pero levantar el borde delantero tan alto como la copa es un signo de arrogancia, lo cual no es admisible.
Cómo saludar con el sombrero
Al saludar a alguien hay que tomar el sombrero con la mano derecha, quitarle enteramente de encima de la cabeza y, de modo que sea cortés, extender el brazo hasta abajo, teniendo el sombrero por el borde y dirigiendo hacia fuera el lado que debe cubrir la cabeza.
Si se quita el sombrero en las calles, o al pasar delante de una persona para saludarla, hay que hacerlo un poco antes de llegar a ella y no cubrirse de nuevo hasta haberse alejado un poco.
Si se saluda a alguien al abordarle, hay que quitarse el sombrero cinco o seis pasos antes de llegar a él; y cuando se entra en un sitio en el que hay una persona de calidad, o a la que se debe mucho respeto, hay que quitarse siempre el sombrero antes de entrar en dicho sitio; si los que se encuentran en el lugar están de pie y descubiertos, es obligatorio tener la misma postura; después de quitarse el sombrero con todo recato, hay que volverlo con el interior hacia sí y ponerlo debajo del brazo izquierdo, o delante de sí, sobre el estómago, del lado izquierdo; cuando al estar sentado, se debe tener quitado el sombrero, es bueno tenerlo sobre las rodillas, el interior hacia sí, y la mano izquierda encima o debajo del mismo.
Es falta grave de urbanidad, cuando se conversa con alguien, volver el sombrero, rascar encima con los dedos, tamborilear sobre él, tocar la cinta o el cordón, mirar dentro o alrededor, ponerlo delante de la cara, o sobre la boca para no ser oído al hablar; es bastante más feo mordisquear los bordes, cuando se tiene delante de la boca.
Cuándo quitarse el sombrero
Ocasiones en que hay que descubrirse y quitarse el sombrero:
1º. Al encontrarse en un lugar en que hay personas de consideración.
2º. Al saludar a alguien.
3º. Al dar o al recibir alguna cosa.
4º. Al sentarse a la mesa.
5º. Al oír pronunciar los santos nombres de Jesús y de María, excepto estando en la mesa, pues entonces sólo hay que inclinar la cabeza.
6º. Cuando se está ante personas a las que se debe mucho respeto, como eclesiásticos, magistrados u otras personas notables.
Respecto de estas personas, debe uno descubrirse primero, pero no es necesario mantenerse descubierto, a menos que se les sea muy inferior: débese descubrir uno también delante de todas las personas superiores, y no cubrirse de nuevo sin orden suya; pero una vez cubierto, no hace falta descubrirse de nuevo a cada palabra que se diga, o a cada paso que se haga, lo que sería inoportuno e incómodo a las personas a las que se habla, así como a la que habla.
Te puede interesar: Origen histórico del sombrero. Curiosidades sobre el uso del sombrero
Es contrario a los buenos modales descubrirse cuando se está en la mesa, a menos que llegue alguna persona que merezca mucho honor.
Sin embargo, si alguna persona de alta alcurnia bebe a la salud de alguien, o le presenta alguna cosa, la persona interpelada debe descubrirse. Si hay en la mesa una persona de alta consideración que esté sin sombrero por comodidad, no hay que imitarle, lo que sería demasiado familiar, antes débese permanecer siempre cubierto.
Cuando alguien habla habiéndose quitado el sombrero, normalmente se le debe hacer cubrir, si se le es superior; se le podrá decir: cúbrase usted, Señor. Este modo de hablar, sin embargo, no está permitido más que con personas muy inferiores.
Hacer cubrirse a una persona que sea superior, es una descortesía demasiado grande. Esto puede hacerse con personas con las que se tenga familiaridad y que sean de la misma condición; pero no debe ser a modo de orden, ni emplear palabras que expresen alguna. Deberá hacerse, o sólo con signos, cubriéndose al mismo tiempo, o mediante un rodeo, diciendo por ejemplo: ¿No le molestará el estar descubierto?, o utilizando palabras familiares, caso de estar con alguno de sus amigos, como éstas: ¿No querrá usted que nos cubramos?
-
19500
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Los juramentos y blasfemias están entre las mayores faltas que se pueden cometer contra las leyes de la cortesía
-
Parece contrario a la cortesía el ponerse en bata tan pronto como se vuelve a casa, y de mostrarse así vestido; esto puede permitirse sólo a los ancianos y a las personas indispuestas
-
No es cortés, al andar, girar las espaldas a un lado y a otro como el péndulo de un reloj, ni poner una delante de la otra; esto denota un espíritu soberbio o una persona que se da tono
-
Las normas de Carreño gobernaron a los venezolanos decentes por casi un siglo.
-
Llámase urbanidad al conjunto de reglas que tenemos que observar para comunicar dignidad, decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras.
-
Las diferentes religiones nos llevan a las buenas costumbres, en algunas se refleja la cultura de sus pueblos.
-
La intolerancia para con los domésticos es tanto más injusta cuanto que en general son personas a quienes la ignorancia conduce a cada paso al error. Hay que ser comprensivos y enseñar algo cuando no se hace bien
-
Por cortesía, se debe tener siempre la boca limpia, y para ello conviene lavarla todas las mañanas; pero no se debe hacer en la mesa o delante de otros
-
Asistimos a una decadencia de la cortesía y la urbanidad, como señala con indiscutible sensatez monsieur Pradel.
-
Me reafirmo en mi postura sobre que el respeto a los demás, las formas y la educación no podrán erradicarse, por mucho que se empeñen los progres.
-
¿Sabía usted que es de pésimo gusto caminar por la calle con las manos metidas en los bolsillos?
-
La cortesía es una ceremonia, un ritual, y todos los rituales tienen algo de sagrado.