Los bailes públicos y los particulares.
Baila con gracia y modestia, y no hagas ostentación de tu habilidad.
De los bailes públicos y particulares.
En estas reuniones debemos conducirnos con atención y civilidad con todos los concurrentes, aunque no los conozcamos.
No te atrevas a figurar en una contradanza, si no sabes bailar pasablemente. Los novicios o torpes introducen el desorden en el seno del placer. Una vez empeñado, sino conoces bien las figuras no avances el primero, de esta suerte podrás, en cierto modo, guiarte por lo que hicieren los demás. Aunque bailes regularmente, no te metas en contradanzas donde hubiere danzarines más hábiles que tu.
Después de haberte asegurado de una tarjeta o un puesto, procúrate atentamente una compañera, y al primer aviso de la orquesta preséntale la mano para guiarla al lugar señalado.
Baila con gracia y modestia, y no hagas ostentación de tu habilidad, evita los saltos descompasados y zancadas ridículas, que llamarían la atención en detrimento tuyo.
En un baile particular sé todavía más atento, y no muestres preferencia por una dama determinada. Se debe bailar indistintamente con todas, aunque no está prohibido sacar varias veces a una misma señora.
"Es deber de los caballeros ser obsequiosos y complacientes con las damas"
Es deber de los caballeros ser obsequiosos y complacientes con las damas; pero con naturalidad. Es permitido ofrecerles dulces o bebidas si las hubiere, sobre todo a las que han bailado con ellos, después de haberlas acompañado a la silla que ocupaban.
Según las reglas admitidas, una dama no puede negarse a bailar con un caballero, a menos que no esté comprometida con otro, sin lo cual cometería una incivilidad que podría ocasionarle algún disgusto; mostraría así un desprecio marcado por la persona cuyo obsequio no admitió, y se expondría a sufrir alguna indirecta, o alguna expresión de resentimiento.
Ni las señoras casadas ni las solteras deben salir solas de la sala, o de cualquier otro lugar de reunión. Las solteras procurarán hacerse acompañar de una o dos señoras casadas, y éstas por su madre o persona que lo represente en cuanto sea posible.
En toda especie de baile son necesarias la mayor precaución y decencia, excluyendo todos aquellos que pudiesen ofender la honestidad y el decoro con figuras y posiciones lascivas. Es indecente también hablar de continúo al oído de la compañera de baile. Todo se debe hacer con naturalidad sin distinguirse por ningún estilo.
-
6410
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Burlarse de un anciano es lo mismo que atropellarle, insultarle, y como el ofendido carece de fuerza para pedir satisfacción, resulta que el opresor es un cobarde
-
El abate Cosson explica una serie de cosas que no se deben hacer en la mesa
-
Se puede ser cortés sin ser falso e importuno; y galante, sin ser adulador.
-
En Londres, la manera de llamar a la puerta indica la calidad del que se presenta.
-
El comedor de una, para hallarse bien situado, debe estar cerca de la cocina o bien puede estar en la propia cocina, cuando el tamaño de la estancia lo permita
-
Servicio de mesa. Los manjares que se sirven con cuchara y se cortan en rodajas o lonchas. Los aderezos.
-
Repara que hay una gran diferencia entre compañero y amigo; porque el primero regularmente es involuntario y accidental, cuando el último es voluntario y decidido.
-
La mesa es uno de los lugares donde los niños deben prestar más atención a la hora de comportarse bien
-
Las diversiones corpóreas que prevalecieron en los pasados siglos nos dan por resultado conquistas, agresiones, saqueos y supercherías proclamadas como acciones honoríficas.
-
Esta tarde, hijos mios, examinaremos lo que es la virtud, y lo que debe hacer el hombre para adquirir el bello título de virtuoso.
-
Ningún convidado debe mostrar repugnancia, ni menos negarse a cualquiera exigencia directa o indirecta del amo de la casa.
-
Suele envejecerse la excelencia, y con ella la fama. La costumbre disminuye la admiración, y una mediana novedad suele vencer a la mayor eminencia envejecida