Los modales en la mesa. Lección novena.
El comportamiento de los comensales cuando están sentados a la mesa.
Los modales en la mesa.
* Pregunta. ¿Qué es lo primero que tendrá Vd. presente al ir o sentarse a una mesa para comer?
Respuesta. Que no debo ocupar el asiento que se me haya señalado hasta que ocupen el suyo las personas que me merezcan respeto, y que jamás debo anticiparme a ellas en ninguno de los actos que tengan lugar durante la comida.
* Pregunta. ¿Cuáles son los principales defectos que procura evitar toda persona fina en una mesa?
Respuesta. Una persona bien educada nunca hace acción alguna que pueda mostrar hambre o gula; procura no cargar las manos y codos sobre la mesa, ni cruzarlas delante de los otros; evita cuanto puede el toser, escupir, estornudar y sonarse; y en caso imprescindible, lo hace del modo menos reparable y más decente.
* Pregunta. ¿Qué otros defectos evita en la mesa una persona fina?
Respuesta. Nunca se rasca ni se espereza; nunca se fijan sus ojos en las personas ni en las viandas que se les sirven o que están en frente; jamás da a entender que le desagrada lo que está allí ni pide para sí lo más gustoso y mejor, y tiene por mal parecido el hablar con la boca llena, comer a dos carrillos, tomar las viandas con los dedos, mancharse y derramar el caldo, vino u agua sobre el plato, manteles o servilleta.
* Pregunta. Y una persona urbana ¿no huye de otros defectos en la comida?
Respuesta. Jamás demuestra escrúpulos ni hace melindres, no apura los platos con la cuchara ni los rebaña con el pan; tampoco toma los huesos con los dedos, ni los roe ni saca su tuétano; mira como indecente el jadear, mascar con ruido, resoplar, volcar y escurrir el plato en la cuchara o sorber con él el caldo; y tiene por enormes excesos el lamerse los dedos, soplar lo caliente, poner pan o carne mordida en el plato de otro, revolver la comida, beber sin limpiarse o con la boca ocupada y mezclar guisados distintos.
* Pregunta. ¿No halla Vd. aun otros defectos que en una mesa deben evitarse?
Respuesta. La persona fina nunca lame la cuchara ni el cuchillo; jamás rompe los huesos ni aun de la fruta; no se limpia los dientes, los ojos y la cara con la servilleta, ni enjuaga la boca ni friega el plato con ella; y evita por fin todas las demás acciones que pueden engendrar asco o fastidio en los concurrentes.
* Pregunta. ¿Me dirá Vd. ahora las principales prácticas con que se distingue una persona fina en la mesa?
Respuesta. La persona urbana parte el pan con el cuchillo, toma la comida con la derecha y pone en el borde de su plato las espinas huesos y cáscaras de frutas; jamás escurre el vaso ni acaba de beber sin enjugarse el labio con la servilleta; toma la sal con la punta del cuchillo y la coloca a un lado de su plato; y nunca se olvida de las personas de respeto que tiene a su lado, mostrándose siempre solícito en ofrecerles todo lo que considera de su agrado, y manteniendo con ellas una circunspecta y amena conversación.
* Pregunta. Y por lo que toca al dueño y dueña de la casa en que se verifica la comida, ¿qué haya Vd. conveniente advertir?
Respuesta. Para estar al alcance de servir a los convidados y procurar que nada les falte, se han de colocar en el centro de la mesa en frente uno de otro; han de esmerarse en obsequiar a todos sus comensales; para nada han de demostrar desazón con los criados; y jamás ha de salir de su boca ningún elogio que recaiga en alguno de los platos o bebidas que se sirvan en la mesa.
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