Las diversiones. Divertirse con educación
Las diversiones son ejercicios a los cuales se puede dedicar algún tiempo del día, para liberar el espíritu de las ocupaciones serias
El tiempo libre y los momentos de ocio. Divertirse con educación
Aquella urbanidad
Las diversiones son ejercicios a los cuales se puede dedicar algún tiempo del día, para liberar el espíritu de las ocupaciones serias, y el cuerpo de los trabajos fatigosos que se le dan durante el día.
Es muy razonable descansar de vez en cuando; lo necesitan tanto el cuerpo como el espíritu, y Dios nos ha dado ejemplo de ello, desde el comienzo del mundo, cuando descansó un día entero, según la Escritura, después de haber trabajado sin interrupción seis días enteros en la gran obra de la creación del mundo.
Nuestro Señor invitó también a los Apóstoles a descansar con él, al regresar de los lugares donde les había mandado para predicar el Evangelio.
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Sin embargo, como a menudo sucede que se divierte uno en contra de su conciencia, o a expensas de otros, o violando en algo las reglas de la urbanidad, ya dándose a diversiones que la decencia no permite, ya tomándolas de modo poco honesto, o mezclando con ellas algo descortés o de mal gusto: parece necesario exponer aquí las diferentes clases de diversiones que se pueden tener, y mostrar luego el modo cómo utilizar el tiempo en ellas, para obrar con cordura.
Qué diversiones se consideran apropiadas
Las diversiones que se pueden tener son:
- el recreo,
- el juego,
- el canto y
- el paseo.
Se tratará aquí de estas cuatro cosas una tras otra, y del modo de hacerlas bien.
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La urbanidad es tan estricta en lo relativo al prójimo que no permite causarle disgusto en nada; por esto no permite que se hable nunca mal de nadie
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Me reafirmo en mi postura sobre que el respeto a los demás, las formas y la educación no podrán erradicarse, por mucho que se empeñen los progres.
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Los cumplidos deben hacerse de manera natural, sin afectación, y sin que parezca que han sido preparados.
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Cuando vivimos en medio de este desorden, perdemos miserablemente el tiempo en buscar los objetos que necesitamos, los cuales no podemos hallar nunca prontamente.
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Se debe evitar cuidadosamente, tanto como sea posible, poner la mano desnuda sobre las partes del cuerpo que no están ordinariamente descubiertas y, si es necesario tocarlas, es preciso que se haga con precaución
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A veces los malos se presentan en la sociedad con cierta apariencia de bondad y buenas maneras, y aún llegan a fascinarla con la observancia de las reglas más generales de la urbanidad
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Veo con tristeza que la "burricie" prima más cada día sobre el civismo y las buenas maneras.
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El paseo es un ejercicio conveniente que contribuye grandemente a la salud del cuerpo y hace al espíritu mejor dispuesto a las actividades que le son propias
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Al retirarnos a nuestro aposento debemos despedirnos cortés y afectuosamente de las personas de nuestra familia y de cualquier otra que pudiera haber en la casa
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Es una regla importante de urbanidad el someternos estrictamente a los usos de etiqueta que encontremos establecidos en los diferentes pueblos que visitemos
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La urbanidad exige tenerla limpia, siendo muy vil dejarla llenarse de moco, ya que la nariz es el honor y la belleza del rostro, la parte más aparente de nuestro cuerpo
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Al saludar a alguien hay que tomar el sombrero con la mano derecha, quitarle enteramente de encima de la cabeza y, de modo que sea cortés, extender el brazo hasta abajo